viernes, 17 de junio de 2022

Dostoievski, mi marido (Ana Grigorievna Dostoievskaya, 2021)

Fueron catorce años de matrimonio que tuvieron Fiódor Dostoievski (1821-1881) y Ana Grigorievna Dostoievskaya (1846-1918). Durante todo ese tiempo el matrimonio vivió muchos momentos inolvidables tanto felices como desafortunados. Fue Ana el gran pilar de esta familia para que puedan seguir adelante superando las dificultades de la vida. Porque aunque Dostoievski era un famoso escritor, siempre estuvieron afligidos por las continuas deudas.
En este libro la editorial Espinas ha publicado las memorias de Ana durante sus catorce años de matrimonio con Fiódor Dostoievski.

Las memorias están narradas con una sencillez en el lenguaje que permite una lectura cómoda, agradable en el cual se recogen muchos eventos, situaciones, experiencias, anécdotas familiares, que como lector de Dostoievski es un placer leerlo.

Narrada siempre desde el punto de vista de Ana permite conocer esos matices distintos sobre lo conocido por la biografía de Dostoievski y asimismo conocer nuevos datos y vivencias que amplifica el conocimiento de la biografía de Dostoievski.  En estas memorias podemos enterarnos de la gran labor de Ana, como esposa, madre, taquígrafa, editora, emprendedora, y su capacidad para manejar las finanzas. 

Ana era una mujer de elevados principios, hacía lo posible para contentar a su marido y evitarle también disgustos, sobre todo en el tema de los celos que Dostoievski era un auténtico Otelo. También, por su juventud, Ana a veces tenía un carácter impulsivo que varias veces salvaron de situaciones complicadas como por ejemplo cuando no pudieron encontrar la maleta de viaje de Dostoievski que contenía, entre otras cosas, sus manuscritos de la novela El adolescente. 

Ana también cultivó el hábito de coleccionar sellos de correos por muchos años. El surgimiento de esta actividad fue como consecuencia de un comentario de Dostoievski sobre la falta de constancia de la mujer para llevar a cabo proyectos de largo plazo. Ana para demostrar lo contrario decidió dedicarse a la filatelia y esa actividad duro muchos años incluso posterior a la muerte de su marido.

Ana conoció muy joven a Dostoievski, joven inexperta en la vida y ya admiradora de Fiódor Dostoievski, quien le llevaba muchos años y que en ese momento se publicaba por entregas Crimen y castigo.  

Fue contratada como taquígrafa para recibir los dictados de Dostoievski y poder terminar más rápido una novela que era apremiante entregarla en un plazo determinado. Desde entonces Ana fue su leal colaboradora, su brazo derecho, su soporte emocional y el amor fiel y sincero que acompañó a Dostoievski hasta su muerte en 1881.

domingo, 5 de junio de 2022

La patrona (Dostoievski, 1847)

 

La patrona (en ruso: Хозя́йка) es la tercera novela de Fiódor Mikhailovich Dostoievski. En ella, F.M. se aleja de la influencia gogoliana de retratar los pesares de aquellos funcionarios pertenecientes a la burocracia de San Petersburgo cuyos cargos se clasificaban en la zona inferior de la Tabla de Rangos; recordemos a Makar Devushkin en Pobre gente o al Señor Goliadkin en El doble. En La Patrona, no obstante, ninguno de los personajes pertenece al aparato gubernamental ruso, por lo cual la novela marca un cambio en el rumbo de la obra de Dostoievski y asimismo amplía la gama de personajes retratados.

Los personajes principales:

- Vasili Mikháilovich Ordinov: Es el protagonista de la novela. Es un joven solitario, estudioso de las ciencias y que desea realizar un estudio sobre la historia de la iglesia. Vive alquilando un cuarto. Representa al hombre intelectual ruso.
- Katerina: Es una joven hermosa, religiosa y vive con un hombre mayor, Murin.
- Murin: Hombre huraño, es un brujo o adivino, con un pasado oscuro, quizá culpable de un crimen. Tiene bajo su dominio a Katerina.

Los personajes secundarios:
- Yaroslav Ilich: Mejor amigo de Vasili. De buen humor. Su relación con Ordinov preanuncia a la relación entre Raskólnikov y Razumijin
- El portero. Un tártaro burlón.
- La vieja patrona: antigua patrona de Ordinov, anciana que al inicio de la novela debe mudarse de San Petersburgo.
- El viejo casero: Dueño de la casa donde se hospedan Murin y Katerina y posteriormente, Ordinov.
- Spiess: alemán pobre que desea dar en alquiler un cuarto.
- Tinchen: Hija del alemán

El argumento:

Vasili Mikhailovich Ordinov es sorprendido con la noticia de su vieja patrona quien le comunica que ya no le podrá seguir alquilando el cuarto porque debe mudarse de San Petersburgo. Ordinov no tiene más remedio que salir a las calles de San Petersburgo a buscar un nuevo lugar donde vivir. Al recorres las calles, todo le sorprende, la gente y su bullicio, debido a que es un joven solitario y que apenas ha tenido contacto con la gente. En un momento determinado decide ingresar a una iglesia. Ocultado entre las sombras llama a su atención la presencia de una pareja singular (el anciano Murin y la hermosa joven Katerina) que arrodillados ante el altar pronunciaban quedas oraciones.

Ese primer encuentro que tiene Ordinov es decisiva en su futuro. La belleza que irradia Katerina le traspasa como una flecha y queda enamorado en el acto de la joven. Ordinov experimentará el ardor de la pasión que lo movilizará a cambiar sus planes por completo y llegar a alojarse en la habitación de aquella extraña pareja, previo acuerdo mutuo.
A partir de entonces, Ordinov conocerá de cerca a la sufrida y apasionada Katerina y al huraño, misterioso y maligno Murin. Una historia de amor nacerá entre Ordinov y Katerina, quien le relatará su historia. El romance surgido entre ambos estará ensombrecido por una fuerte carga de angustia e impotencia debido a la presencia de Murin.

Interpretaciones:

Me parece importante los análisis que arroja Egorenkova Galina sobre la obra en su texto “Camino a las grandes novelas” (en ruso, Путь к великим романам) 
el texto en ruso aquì. A continuación dispongo una traducción de sus análisis

<< Muchas más veces aparecerá en las obras de Dostoievski la imagen de "San Petersburgo enfermo, extraño y sombrío, en el que la juventud perece tan pronto, las esperanzas se marchitan tan pronto, la salud se deteriora tan rápidamente y la persona entera se procesa tan pronto" (vol. 18, pág. 34). Estas son las últimas palabras de la "Crónica de Petersburgo", como llamó Dostoievski al ciclo de sus ensayos, publicado en 1847 en el periódico "Sankt-Peterburgskiye Vedomosti". En ellos, el escritor hacía una interpretación de otro tipo humano que aparecía en las páginas de sus obras en los años 40 y que también se desarrollaba en posteriores cuentos y novelas. Dostoievski llama a este tipo un "soñador", "una criatura extraña del tipo medio" (18, 32), un producto directo del "Petersburgo enfermo", donde el "talento de la vida real" se embota (18, 34): " Esta es una pesadilla de San Petersburgo, esto es el pecado personificado.

>> Al crear la imagen de un "soñador" en la historia "La patrona", en la novela sentimental "Noches blancas", en la novela inacabada "Netochka Nezvanova", Dostoievski creía que reflejaba "el momento moderno y la idea del momento moderno", cuyo rasgo principal consideraba "análisis" y "confesión general", cuando "el análisis no perdona ni siquiera a quien lo analiza". Para Dostoievski era importante reproducir el contenido espiritual del “momento presente”, nombrar la enfermedad social y moral de la época (“ilusiones”, “quimeras de la cabeza”, “soñar”) y así tratar de encontrar formas de combatirla.

>> Por primera vez, un tipo completamente completo de "soñador" (aunque sabemos que tanto Makar Devushkin como el Sr. Goliadkin no carecían de "ilusiones") aparece en la historia de Dostoievski "La patrona" (publicada en el otoño de 1847). El joven científico Vasily Ordynov, que se aisló artificialmente de la vida real (y, sin embargo, Dostoievski consideró necesario mencionar la "explicación" de la trama de tal paso: Ordynov recibió una herencia insignificante), que se dedicó por completo a su única pasión: la ciencia. (escribió un ensayo de la "historia de la iglesia"), sufre una derrota terrible, trágica y ya irreversible al primer choque con la realidad, al primer intento de librarse de su soledad. “Quizás toda una idea original, original, se habría realizado en él. Tal vez estaba destinado a ser un artista en la ciencia”. Pero los sueños del héroe colapsaron, su experiencia de crear algo nuevo.

 >> Es significativo que Ordynov, que vive en el mundo de las "quimeras", de ninguna manera se enfrenta a la realidad cotidiana de St. se quedó antes. El alma extremadamente impresionable y desprotegida de Ordynov entra en un duelo desesperado por ella con la malvada voluntad del viejo "hechicero" Murin, en el pasado, como se puede adivinar, un "atrevido ladrón" y "asesino", y en el pasado presente - un insidioso empleado Viejo Creyente. Bajo el dominio de Murin, la joven belleza Katerina languidece, sin atreverse e incluso, bajo la influencia hipnótica del viejo "hechicero", sin querer liberarse de su doloroso y al mismo tiempo dulce cautiverio. La historia está sumamente saturada de cuadros de alucinaciones, sueños, delirios, misteriosas intersecciones de incidentes reales y "fantásticos". Todo esto conecta directamente a “La patrona” con la tradición romántica, en particular con Hoffmann, y si miras más de cerca, en la literatura rusa, entonces, por supuesto, con “La terrible venganza” de Gogol (incluso se conserva el nombre de la heroína; observo de pasada que de ahora en adelante una mujer llamada Katerina, un personaje casi indispensable en todas las obras posteriores de Dostoievski, hasta la novela "Los hermanos Karamazov").

>> La crítica tajantemente negativa de “La patrona” por parte de Belinsky, quien con razón vio en ella la influencia del romanticismo, que en la percepción del crítico significaba un retroceso, fue en principio objetiva y certera. Pero Belinsky, por supuesto, no podía saber cómo en el futuro Dostoievski aprovecharía los paradójicos artificios artísticos del romanticismo para enriquecer ese realismo tan crítico, al que el escritor se mantendría fiel hasta el final. Ya en la década de 1940, Dostoievski iba a decir adiós a las ilusiones, a desmentir las "quimeras de cabeza", pero esta despedida, como sabemos, se prolongó. A mediados de la década de 1960, en Crimen y castigo, reaparece la imagen del “joven soñador”, llevando un estilo de vida solitario, recluido y tramando su terrible idea de “asesinato consciente”. El investigador Porfiry Petrovich le dirá, Rodion Raskólnikov.

>> En la historia "La patrona", por primera vez en la obra de Dostoievski, apareció uno de los "conceptos" más apreciados por su poética: "la imagen de una idea", todos los héroes "ideológicos" del escritor pensarán posteriormente no solo en ideas, sino en "imágenes de ideas": surgirán, por ejemplo, visiones apasionadas de Versilov sobre la "edad de oro" de la humanidad ("El adolescente"), así es como el trágico "poema" de Ivan Karamazov " La Leyenda del Gran Inquisidor” cobrará vida, algunos de cuyos motivos (en particular, sobre las personas de “corazón débil”, que no pueden resistir la libertad y se entregan a la esclavitud voluntaria de la irresponsabilidad) ya han sido expresados en las sombrías revelaciones y profecías del siniestro "hechicero" Murin ("Dale un libre albedrío a un hombre débil, él lo atará, lo traerá de vuelta").

>> En “La patrona”, Dostoievski también creó el primer boceto, el primer boceto del personaje de la mujer "soñadora apasionada" e "infernal". El tipo de la heroína de esta historia (Katerina), con diferentes variaciones y en diversos grados de desarrollo psicológico, no pasa por alto, tal vez, una sola novela de Dostoievski, y aparece especialmente brillante, artísticamente de pura sangre en las novelas El idiota (Nastasya Filippovna) y en “Los hermanos Karamazov” (Grushenka, Katerina Ivanovna).

 >> Una de las variaciones originales de la mujer "infernal" también aparece en la novela El jugador (1866) en la forma de Polina. >>

Como nota adicional, en esta novela podemos observar por primera vez la presencia de un ataque de epilepsia en al menos un personaje (en este caso el viejo Murin); este tipo de ataques volverá a aparecer a lo largo de las diferentes novelas de Fiódor Dostoievski.