domingo, 21 de enero de 2024

Luz del mundo. El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos. Una conversación con Peter Seewald (Benedicto XVI, 2010)


 La editorial Herder publicó este importante libro que reúne una entrevista larga de varios días entre Benedicto XVI y Peter Seewald (su biógrafo). Han pasado cinco años del pontificado Benedicto XVI desde que asumiera la posta de San Juan Pablo II el año 2005.

El libro se estructura en tres partes y un anexo. 

La primera parte, titulada "signos de los tiempos" se subdivide en seis temas que son los siguientes: 1. Los papas no caen del cielo; 2. El escándalo de los abusos; 3. Causas y oportunidades de la crisis"; 4. La catástrofe global; 5. Dictadura del relativismo y 6; Tiempo de conversión.

Cito aquí algunos pasajes de esta primera parte:

"Es significativo que todos los papas de la temprana Iglesia fueran mártires. Ser papa no implica poseer un señorío glorioso, sino dar testimonio de Aquel que fue crucificado y estar dispuesto a ejercer también el propio ministerio de esa misma forma, en vinculación con Él.
Sin embargo, también ha habido papas que se dijeron: el Señor nos ha dado el ministerio, ahora, disfrutémoslo. Sí, eso también forma parte del misterio de la historia de los papas".


"A partir de 1968, la fe cristiana entró cada vez más en contraposición con respecto a un nuevo proyecto de sociedad, de modo que tuvo que hacer frente una y otra vez a opiniones que luchaban poderosamente por imponerse. Por tanto, soportar hostilidad y ofrecer resistencia - aunque una resistencia que sirva para sacar a luz lo positivo- son cosas que pertenecen a la vida cristiana."

 Sobre el tema del escándalo de los abusos, cito:

"Lo importante es, en primer lugar, cuidar de las víctimas y hacer todo lo posible por ayudarles y por estar a su lado con ánimo de contribuir a su sanación; en segundo lugar, evitar lo más que se pueda estos hechos por medio de una correcta selección de los candidatos al sacerdocio; y, en tercer lugar, que los autores de los hechos sean castigados y que se les excluya toda posibilidad de reincidir. En qué medida tienen que hacerse públicos los hechos es, según creo, de por sí una pregunta que tendrá también diferentes respuestas en las diferentes fases de consciencia de la opinión pública. Pero lo que nunca debe suceder es escabullirse y pretender no haber visto, dejando así que los autores de los crímenes sigan cometiendo sus acciones. Por tanto, es necesaria la vigilancia de la Iglesia, el castigo para quien ha faltado, y sobre todo la exclusión de todo ulterior acceso a niños. Como he dicho, lo que está primero es el amor a las víctimas, el esfuerzo por hacerles todo el bien posible a fin de ayudarlos a procesar lo que han vivido".

La segunda parte, llamada "El pontificado" se compone de las siguientes partes a tratar: 1. "Habemus papam"; 2. "En las sandalias del pescador"; 3. "Ecumenismo y diálogo con el islam"; 4. "Anuncio"; 5. "Viajes pastorales"; 6. "El caso Williamson".

La tercera parte, denominada "¿Hacia dónde vamos?" comprende los siguientes temas: 1. "Iglesia, fe y sociedad"; 2. "El denominado atasco de las reformas"; 3. "¿Cómo se de la renovación?"; 4. "María y el mensaje de Fátima"; 5. "Jesucristo regresa"; 6. "De los novísimos". 

Luz del mundo, es un libro que permite conocer de primera mano el pensamiento del papa Benedicto XVI sobre diversos temas muy importantes de la Iglesia.

Al final del libro se encuentra la sección de anexos que recoje algunas de las declaraciones del papa Benedicto XVI a lo largo de sus primeros cinco años de pontificado sobre temas como: "Grave pecado contra niños indefensos", "Fe y violencia", "Sida y humanización de la sexualidad", y finalmente se incluye una bibliografía y breve crónica del pontificado.

Muy recomendable. 

viernes, 19 de enero de 2024

Deus Caritas Est. Sobre el amor cristiano. Carta Encíclica (Benedicto XVI, 2005)

 


Deus Caritas Est, sobre el amor cristiano, es la primera encíclica que escribió Joseph Ratzinger en su pontificado publicada en 2005.

La Iglesia es Madre y es Maestra. A través de este documento pontificio, el sucesor del apóstol San Pedro, el papa Benedicto XVI, nos enseña sobre el amor cristiano. El papa enseña con caridad y claridad. 

A continuación os presento cómo se estructura la encíclica: 




PRIMERA PARTE:

La unidad del amor en la creación y en la historia de la salvación.

Un problema de lenguaje.

"Eros" y "agapé", diferencia y unidad.

La novedad de la fe bíblica.

Jesucristo, el amor de Dios encarnado.

Amor a Dios y amor al prójimo.

SEGUNDA PARTE:

Caritas el ejercicio del amor por parte de la Iglesia como "comunidad de amor".

La caridad de la Iglesia como manifestación del amor trinitario.

La caridad como tarea de la Iglesia.

Justicia y caridad.

Las múltiples estructuras de servicio cartitativo en el contexto social actual.

El perfil específico de la actividad caritativa de la Iglesia.

Los responsables de la acción caritativa de la Iglesa.

Conclusión

Como fieles católicos debemos aprovechar toda ocasión para formarnos en la fe, en profundizar en el conocimiento de la sana Doctrina y en el amor a Dios, en ese sentido recomiendo mucho leer esta encíclica, escrito por el mismo papa Benedicto XVI, un hombre que demostró un conocimiento profundo de la teología y sobre todo de un profundo amor a Nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, hombre verdadero y Dios verdadero.


Citaré el numeral 42 que forma parte de su conclusión:

42. La vida de los Santos no comprende solo su biografía terrena, sino también su vida y actuación en Dios después de la muerte. En los Santos es evidente que, quien va hacia Dios, no se aleja de los hombres, sino que se hace realmente cercano a ellos. En nadie lo vemos mejor que en María. La palabra del Crucificado al discípulo -a Juan y, por medio de él, a todos los discípulos de Jesús: "Ahí tienes a tu madre" (Jn 19, 27)- se hace de nuevo verdadera en cada generación. María se ha convertido efectivamente en Madre de todos los creyentes. A su bondad materna, así como a su pureza y belleza virginal, se dirigen los hombres de todos los tiempos y de todas las partes del mundo en sus necesidades y esperanzas, en sus alegrías y contratiempos, en su soledad y en su convivencia. Y siempre experimentan el don de su bondad; experimentan el amor inagotable que derrama desde lo más profundo de su corazón. Los testimonios de gratitud, que le manifiestan en todos los continentes y en todas las culturas, son el reconocimiento de aquel amor puro que no se busca a sí mismo, sino que sencillamente quiere el bien. La devoción de los fieles muestra al mismo tiempo la intuición infalible de cómo es posible este amor: se alcanza merced a la unión más íntima con Dios, en virtud de la cual se está embargado totalmente de Él, una condición que permite a quien ha bebido en el manantial del amor de Dios convertirse a sí mismo en un manantial "del que manarán torrentes de agua viva" (Jn 7, 38). María, la Virgen, la Madre, nos enseña qué es el amor y dónde tiene su origenm su fuerza siempre nueva. A ella confiamos la Iglesia, su misión al servicio del amor:

Santa María, Madre de Dios,
tú has dado al mundo la verdadera luz, 
Jesús, tu hijo, el Hijo de Dios. 
Te has entregado por completo 
a la llamada de Dios 
y te has convertido así en fuente 
de la bondad que mana de Él. 
Muéstranos a Jesús. Guíanos hacia Él. 
Enséñanos a conocerlo y amarlo, 
para que también nosotros 
podamos llegar a ser capaces
de un verdadero amor
 y ser fuentes de agua viva 
en medio de un mundo sediento


Benedicto XVI de niño

 

lunes, 1 de enero de 2024

Imitación de Cristo (Beato Tomás de Kempis)

«Quien me sigue no anda en tinieblas» (Jn 8,12)

Un episodio de las Vidas de Santos sobre San Pío X (21 de agosto) cuando apenas se había enterado de que había sido propuesto como candidato a Papa, San Pío X inicialmente no quería asumir gigantesca responsabilidad y el texto de la Vidas de Santos dice lo siguiente: "Pero una noche llegó a su habitación una comisión de cardenales, los cuales le dijeron que el no aceptar el nombramiento de Pontífice sería oponerse a la voluntad de Dios. Que si ellos lo elegían era porque estaban seguros de que él tenía las cualidades necesarias para ese altísimo cargo. Entonces, según su costumbre, abrió el librito la Imitación de Cristo, en la página que le saliera. Allí leyó esto: "Cuando Dios da un cargo o una responsabilidad, se compromete a dar las ayudas y gracias necesarias para ese cargo o responsabilidad", animado por tan importante noticia, se propuso aceptar la elección y salió elegido por gran mayoría.

El libro también es recomendado por Monseñor Isidro Puente Ochoa. Recomiendo visitar su canal en Youtube (https://youtube.com/@ecumenicas1?si=IgsNbDdthO9gOYqE).

La Imitación de Cristo está dividido en cuatro partes: Libro I: Consejos útiles para la vida espiritual; Libro II: Exhortaciones a vivir vida interior; Libro III: De la consolación interior; Libro IV: Del Sacramento del Altar.

El libro es alimento para todos nosotros pecadores para crecer en la vida espiritual, yo el primero que soy un basural de pecados. Contiene una meditación para cada día del año. 

En el libro Vida de Santos (30 de agosto, Beato Tomás de Kempis) se dice: "Este libro está hecho para personas que quieran sostener una lucha diaria y sin contemplaciones contra el amor propio y el deseo de sensualidad que se opone diametralmente al amor de Dios y a la paz del alma. Está redactado para quienes quieran independizarse de lo temporal y pasajero y dedicarse a conseguir lo eterno y lo inmortal".

Imprescindible para todo católico.

Sobre el autor:

Tomás de Kempis (Kempen, 1380-Zwolle, 25 de julio de 1471) fue un canónigo agustino del siglo XV, autor de la Imitación de Cristo, una de las obras de devoción cristiana más conocida desde entonces, redactada para la vida espiritual de los monjes y frailes, que ha tenido una amplia difusión entre los miembros de la Iglesia católica; algunos importantes autores de espiritualidad cristiana le han dado gran relieve, como Teresa de Lisieux, Bossuet y Juan Bosco, entre otros. Si bien la autoría de esta obra fue ampliamente contestada por autores posteriores, en la actualidad se tiene como histórica su atribución a Tomás de Kempis, para algunos inspirado en las obras del místico flamenco Jan van Ruusbroec (beato Rusbroquio, muerto en 1381). La Iglesia anglicana lo considera santo.