miércoles, 22 de noviembre de 2023

Tres maestros (Balzac, Dickens, Dostoievski) (Stefan Zweig, 1920)

 


Este ensayo de la biografía de tres colosales escritores, Balzac, Dickens y Dostoievski, demuestra la sorprendente capacidad del autor austriaco de analizar extensivamente la literatura de los tres autores citados. Me deja la clara impresión que Zweig se ha leído y releído muchas veces las principales obras de estos tres autores y sobre todo la obra del maestro Dostoievski a quien le dedica aproximadamente la mitad del libro. También hay que decir que el ensayo contiene muchas referencias a los desenlaces de las novelas, principalmente las del autor ruso, así que quien lea está nota dese por advertido que si no ha leído Crimen y castigo, El idiota, Los demonios, El adolescente o Los hermanos Karamázov va a encontrarse con harto spoiler. Pero es inevitable que lo tenga porque precisamente a partir de esos desenlaces Zwieg revelará sus profundas y afiebradas interpretaciones de la vida y obra de estos gigantes autores. Tras terminar cada ensayo uno adquiere el interés de leerse a todo Balzac, a todo Dickens y a todo Dostoievski. Puntualmente con respecto a este último autor biografiado y analizado tengo que decir que el genio austriaco ha demostrado un saber muy hondo sobre la literatura de Dostoievski, ha conectado maravillosamente la vida del autor ruso, sus diferentes personajes y las tramas de sus principales novelas. Es entonces ya muy evidente que estos tres maestros fueron la fuente que bebió Zweig para crear sus obras de arte. 

Cito:

"Dostoievski nos ha abierto proféticamente caminos infinitos que parten de nuestra última verdad, la que hoy conocemos. Ha dado una nueva medida a la profundidad del hombre: nunca un mortal antes de él ha sabido tanto del secreto inmortal del alma."

Libro muy recomendable.

sábado, 11 de noviembre de 2023

Recordando el natalicio de Fiódor Mijáilovich Dostoievski

Recordando los 202 años del natalicio de Fiódor Mijáilovich Dostoievski con un pasaje de su artículo "Vlas", parte de sus "Diarios de un escritor" de la edición de 1873:


Se dice que el pueblo ruso conoce mal el Evangelio, que ignora los preceptos fundamentales de la fe. Es cierto, pero conoce a Cristo y lo lleva en su corazón desde tiempos inmemoriales. De eso no cabe la menor duda. ¿Cómo es posible tener una imagen fiel de Cristo sin instrucción religiosa? Ésa es otra cuestión. Pero el pueblo ruso conoce a Cristo con el corazón y alberga de Él una imagen fiel. Es algo que se transmite de generación en generación y que forma parte de la propia naturaleza de las gentes. Puede que el único amor del pueblo ruso sea Cristo, y que ame Su imagen a su manera, es decir, hasta el sufrimiento. De lo que más orgullosos se sienten los rusos es del título de ortodoxos, término con el que se da a entender que conciben a Cristo de forma más verdadera que otros pueblos. Lo repito: es posible saber muchas cosas de manera inconsciente.