jueves, 24 de febrero de 2022

1914. El asesinato de Sarajevo (Eladi Romero Garcia, 2011)



En esta novela el autor narra, como si de una crónica se tratara, una historia llena de detalles como piezas de rompecabezas (puzles) que desencadenaron en el fatídico día del 28 de junio de 1914 donde en Sarajevo fue asesinado el archiduque Francisco Fernando y su esposa, herederos al trono del imperio Austrohúngaro.

Los asesinos pertenecieron a la asociación terrorista serbia “Unión o Muerte” conocida también como “Mano Negra”.

En los meses previos se filtró la noticia de que el archiduque haría una visita a Sarajevo en Bosnia, un lugar recientemente absorbido al Imperio Astro-húngaro y que vivían en tensión porque Serbia, el país limítrofe, desea la creación de Yugoslavia, un conjunto de países eslavos que incluía a Bosnia.

Muchos serbios veían al Imperio como un opresor del pueblo eslavo y deseaban venganza. La noticia de la visita del heredero al trono fue la chispa para que una red clandestina terrorista se ponga en marcha y lleve a cabo su venganza. Pero sus planes no se hubieran llevado a cabo si la gendarmería austriaca hubiera puesto más vigilancia y control en la zona, asimismo un cambio de planes en la ruta del paseo hizo que por una coincidencia el auto donde se encontraba el archiduque quede frente al asesino Gavrilo Princip, un joven de 19 años dogmatizado con la idea del terrorismo y enfermo de tuberculosis.

Al mes siguiente del atentado, el Imperio Austrohúngaro le declaró la guerra a Serbia y poco después interviene otros países generándose la Primera Guerra Mundial que arrebataría la vida a millones de personas.

Tres meses después se llevó a cabo el juicio y todos los implicados fueron sentenciados culpables.

Sobre el autor: 
 

Eladi Romero García (Pont de Suert, Lleida, España en 1956). Doctor en Historia por la Universidad de Barcelona. Catedrático de Enseñanza Secundaria, departamento de Historia y Geografía.

jueves, 17 de febrero de 2022

La actualidad innombrable (Roberto Calasso, 2017)

  
Roberto Calasso es uno de los intelectuales que he conocido no ha mucho tiempo gracias al programa La última página del canal de Youtube ADEH TV conducido genialmente por los maestros Sebastián Porrini y Diego Ortega.

He leído de Calasso también La literatura y los dioses y Cómo ordenar una biblioteca, pero aún no he escrito alguna nota en el blog.
 
La actualidad innombrable es un ensayo dividido en tres partes, la primera de ellas se describe a una sociedad contemporánea que ha perdido el rumbo, que carece de profundidad espiritual y que se ha olvidado de la búsqueda de la trascendencia.

“Con la secularización el sentido religioso tiende a extinguirse. Las religiones mismas, cuando no se extinguen, tienden a convertirse en partidos, grandes y pequeños. Al final, se trata siempre de opiniones, que podrían convivir y alternarse en el poder, sin chocar entre ellas. Las opiniones, sin embargo, pueden agudizarse y compactarse. Se transforman en armas contundentes. Entonces se puede volver a la guerra civil, forma actualizada de la guerra de las religiones.”

Roberto Calasso cita a varios a autores para pintarnos a una sociedad secular, que dando la espalda a lo sagrado o trascendente se posiciona a sí misma como autosuficiente adorándose a sí misma.
“En otros tiempos bastaba con divinizar al emperador para asegurar la cohesión social. Ya no. Se volvió necesario divinizar a la sociedad misma.”

Calasso también hace una descripción del terrorismo islámico, sus motivaciones y el contraste con la sociedad occidental que son como turistas.

Calasso critica también el estado político actual, la democracia y le da una mirada diferente.

“Lo asombroso de la democracia consiste en su carácter vacío, carente de contenido. Es una doctrina en la cual lo esencial es la regla, antes incluso de aquello que la regla prescribe. El peligro radica en que esta esencia de la democracia puede considerarse demasiado abstracta como para suscitar respeto y admiración.”
“¿Cuál es el fin último de la democracia? Tal es la pregunta que se hizo Tocqueville ¿Qué la distingue irrevocablemente de la aristocracia? Ante todo, el deseo de experimentar.”

La segunda parte es una colección de testimonio de diversos intelectuales, escritores en su mayoría, que van reaccionando y tomando postura ante un futuro desesperanzador e incierto cuando en 1933 Hitler asume el cargo de Canciller en Alemania.

“El horror no era solo cierta forma de sociedad, sino la sociedad misma en cuanto finalmente se reconocía autosuficiente, soberana y devoradora bajo cualquier forma”

“Halévy ponía el dedo en la llaga abierta -siempre abierta- de la democracia: el hecho de que Hitler había sido nombrado canciller por vías legales”.

Las cartas van apareciendo a través de los años, la crueldad de la guerra y la persecución y exterminio de los judíos, hasta la derrota nazi en 1945. También se revela el descubrimiento del asesinato masivo de soldados polacos a manos del ejército soviético alrededor de 1940.

“El mundo iba a deshacerse de Hitler y de Stalin, pero no de la sociedad.”


“1945. Los soldados del Ejército Rojo, que venían de pasar años muy duros y de un país en el que pocas cosas funcionaban y esas pocas daban miedo, mientras avanzaban por Alemania miraban a su alrededor. Según Grossman, “fue en Alemania, particularmente aquí en Berlín, donde nuestros soldados comenzaron realmente a preguntarse por qué los alemanes nos atacaron tan repentinamente. ¿Por qué necesitaban los alemanes está guerra tan terrible e injusta? Millones de nuestros hombres han visto ahora las ricas granjas de Prusia Oriental, su agricultura organizada, los cobertizos de hormigón para el ganado, salas espaciosas, alfombras, guardarropas llenos de trajes… Millones de nuestros soldados han visto las carreteras bien construidas que van de un pueblo a otro y las autopistas alemanas… Nuestros soldados han visto las residencias de dos pisos con electricidad, gas, baños y hermosos jardines. Nuestra gente ha visto las villas de la rica burguesía de Berlín, el lujo increíble de los castillos, propiedades y mansiones. Y los miles de soldados repiten esa misma pregunta cuando miran a su alrededor en Alemania: “¿Por qué vinieron contra nosotros? ¿Qué diablos querían?”


La tercera parte es la más corta. Es una visión, una pesadilla que tuvo Charles Baudelaire, poeta francés, de la destrucción de una torre gigante. Un vaticinio con más de un siglo de anticipación del ataque de las torres gemelas.

En resumen, el ensayo da testimonio de una sociedad vacía, que va a su destrucción definitiva. Quizá Prometeo nos subestimó al darnos la esperanza y la inteligencia y quizá nos hubiéramos merecido lo que inicialmente Zeus nos tenía reservado. Es lo que uno piensa al leer tanto horror cometido por los hombres.

Sin embargo, aún tenemos la esperanza y la inteligencia para, desde cada una de nuestras trincheras, recuperar la belleza del mundo, de algo que fue y no volverá y que podemos encontrarlo en el arte, como la literatura.



Sobre el autor: 
 
 
Roberto Calasso (Florencia, 30 de mayo de 1941-Milán, 28 de julio de 2021)​ fue un escritor y editor italiano. Además de su lengua materna, Calasso dominaba el francés, el inglés, el español, el alemán, el griego y el latín. También había estudiado el sánscrito. Considerado como una "institución literaria de una sola persona".​ El concepto temático fundamental de su obra es la relación entre el mito y la emergencia de la conciencia moderna.

jueves, 10 de febrero de 2022

Apología de Sócrates (Platón)



Apología de Sócrates es una obra escrita por Platón, perteneciente a sus libros de juventud o socráticos.

Sócrates se defenderá de las acusaciones de Méleto, Ánito y Licon en el tribunal y ante la presencia de los jueces y de conocidos suyos, incluido Platón.

Méleto acusa a Sócrates de corromper la juventud, de no reconocer a los dioses de la ciudad y por el contrario sostiene nuevas creencias y divinidades; sin embargo, Sócrates replica que el es mismo Méleto el corruptor al actuar tan a la ligera en asuntos tan graves que es convertir en reos a ciudadanos honrados.

Sócrates le pregunta a Méleto qué hombre hace a los hombres mejores, Méleto después de un silencio por fin dice que son las leyes, pero Sócrates insiste que lo que está preguntando es qué hombre hace mejores a los hombres a lo que Méleto responde que los jueces, los miembros del consejo, los asambleístas, por lo que Sócrates afirma que al parecer según Méleto todos los atenienses contribuyen a que los hombres sean mejores, todos menos uno que es el mismo. Méleto lo reafirma.

Asimismo, se le acusa de no admitir ningún dios, de ser ateo, ante tal acusación Sócrates se indigna llamándole insolente y tramposo.

Sócrates los refuta, pero afirma que pese a ello se le condenará de igual modo porque hay una animadversión contra él.

Sócrates decide revelar el vaticinio que realizó el oráculo de Delfos sentenciando que el hombre más sabio era Sócrates. Sócrates quedó sorprendido por el anuncio. No se consideraba el más sabio de los hombres, sin embargo, el oráculo al ser divino no podría estar mintiendo. Es así que Sócrates decide entrevistar a varios hombres llamados sabios, entre políticos, poetas, artesanos, tras lo cual Sócrates evidencia que aquellos hombres no sabían realmente lo que pretendían saber y que asimismo Sócrates al reconocer su propia ignorancia se destacaba como más sabio entre ellos. Sin embargo, era una sabiduría humana, nada comparado con la sabiduría divina.

Pese a tantas explicaciones al parecer ya el tribunal tenía pensado de antemano sentenciar con pena de muerte a Sócrates.

“Y si me obligaran a decir en qué soy más sabio, me atrevería a decir esto: me siento más sabio porque desconociendo lo que en verdad acaece en el Hades no presumo de saberlo, antes, por el contrario, sé y me atrevo a proclamar que es malo y vergonzoso vivir injustamente y desobedecer a un ser superior sea Dios o sea hombre, temo pues lo males que sé positivamente que son tales, pero las cosas que no sé sin bienes o son males no las temeré ni rehuiré afrontarlas”.

“Enteraos bien, estoy convencido de que no ha acaecido nada mejor para la polis que mi labor al servicio del Dios…no hay que inquietarse por el cuerpo ni por las riquezas sino por conseguir que nuestro espíritu sea lo mejor posible insistiendo de que la virtud no viene de las riquezas, la virtud es la fuente de bienestar para uno mismo y del bien público”.

jueves, 3 de febrero de 2022

Prometeo encadenado (Esquilo, siglo IV a.C.)


 
Prometeo encadenado es una tragedia griega atribuida al autor Esquilo, aunque recientemente su autoría es objeto de discusión.

La obra narra el castigo a que es sometido Prometeo, hijo del titán Japeto y Tetis, quien, por amor a los hombres, a los seres efímeros, les regaló la esperanza y el fuego, que robó de Hefesto, con lo cual les otorgó a los hombres la inteligencia.

Ante tal atrevimiento, el nuevo dios todopoderoso, Zeus, decide castigarle porque el plan de Zeus era acabar con la raza humana y Prometeo fue el único quien se negó a ello.

Su castigo fue que sea enviado a una tierra muy lejana para ser sujetado de por cadenas y clavijas a unas rocas para que no pueda moverse y quedarse allí por largo tiempo.

Fuerza, Violencia y Hefesto son los encargados de llevar a cabo tal castigo.

Hefesto, dios del fuego y herrero, tiene cierto remordimiento en cometer tal castigo, Prometeo es su pariente, y actúa con tristeza; no obstante Fuerza le incita a que no desista en aprisionar a Prometeo quien no se merece la mínima misericordia por haberse rebelado a los planes de Zeus.

Luego de hacerlo prisionero lo dejan solo. Después aparecen las Oceánidas y su padre Océano quienes se lamentan del castigo de Prometeo. Océano quiere ayudarlo a liberarse, pero Prometeo le advierte que si lo hace también recibirá un castigo y le convence de no hacerlo y dejarlo tal como está.

Después aparece Io, de aspecto vacuno, con cuernos y corriendo de un lado a otro por el dolor que le produce unos tábanos. Prometeo adivina por qué Io se encuentra así y le predice su futuro. Además, se muestra confiado de que el poder de Zeus no durará mucho porque llegará alguien aún más fuerte y acabará con él, pero es un secreto que solo Prometeo lo sabe y que para evitar que Zeus sea derrotado deberá recurrir en su ayuda, pero para que eso ocurra tiene que liberarlo antes.

Poco después llegar Hermes, enviado por Zeus, quien se dirige a Prometeo y le exige que revele ese secreto, Prometeo se niega y Hermes le informa que si no lo hace Zeus le castigará todavía más. Prometeo no cede. Hermes se va no sin antes mencionarle que su nuevo castigo será estar sepultado por mucho tiempo y cuando vuelva a ver la luz, el perro alado de Zeus le hará jirones en la piel y se devorará su hígado negro todos los días.

Prometeo declara que ya sabía que eso pasaría y también sabe que en un futuro un descendiente de Io lo liberará.