domingo, 7 de febrero de 2021

Polzunkov (Dostoievski, 1847)

"No había otra posibilidad, tenía que interrumpir aquella historia ruin, aquella broma estúpida que no se contentaba consigo misma sino que se multiplicaba monstruosamente dando lugar a más y más bromas estúpidas, deseaba borrar todo este día que se había producido por error..."

                                                                                         Fragmento de La broma (Milan Kundera)


“El secreto de las grandes fortunas sin causa aparente es un crimen olvidado, porque se ha cometido de una manera limpia.”

                                                                                                          Papá Goriot (Honoré de Balzac)



Es un relato sobre un episodio que ocurrió hace seis años y que decidió la suerte de un hombre, precisamente de Polzunkov.

Este hombre no es más que un payaso en el sentido peyorativo de la palabra y vive de la lástima de la gente. Se le conoce por su humor, sus muecas grotescas y su divertida perorata.

La descripción del personaje que hace el autor es sencillamente magistral:

“Parecía temer la burla, cuando su forma de ganarse el pan era ser un eterno payaso que ponía sumisamente su cabeza para recibir capirotazos; ello en el sentido moral como en el físico, dependiendo de la compañía en que se encontrara” (Dostoievski)

“Aquel caballero pedía dinero prestado eternamente, es decir, que esa era su forma de pedir limosna, pues, tras hacer bastantes payasadas y divertir lo suyo al público, sentía que de alguna manera tenía derecho a pedir un préstamo” (Dostoievski)

Un día se le ocurrió contar a todo el mundo lo que le pasó hace seis años en la casa de Fedoséi Nikoláich y cómo no pudo llegar a casarse.

Entonces, mientras la gente se colocaba alrededor de él, Polzunkov, subido a una silla, empezaba a contar aquel absurdo episodio sobre un soborno y una broma. Del dinero que su jefe le entregó a oscuras para comprar su silencio y no ser denunciado por malo manejos en las cuentas; Polzunkov había encontrado documentación probatoria de corrupción por parte de Fedoséi. Por un gesto de lealtad Polzunkov aceptó el soborno, pero lleno de remordimientos. La víspera del primero de abril, día de los santos inocentes en Rusia, decidió gastar una broma a su jefe diciéndole que renunciaba; no obstante, esta broma le resultaría demasiado cara tornando a su destino en algo tragicómico. Perdió el dinero, a su posibilidad de casarse y a su buen empleo de un plumazo. Y por supuesto, Fedoséi siguió haciendo lo suyo y no fue denunciado.

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