El amor dura tres años (Frédéric Beigbeder)

Lectura #89

"Hablo con la autoridad del fracaso"

Después de tres años, una pareja debe separarse, suicidarse, o tener hijos, que son las tres maneras de confirmar su final.

Durante el periodo de 1994 a 1997 Frédéric Beigbeder, escritor francés, se dedicó a construir esta novela corta sobre el amor y desamor. Narrada en primera persona y con un estilo muy singular, Beigbeder lo cuenta todo desde sus entrañas sobre su experiencia amorosa que le llevó al debacle matrimonial y a poner el título de esta novela. 

Frédéric no se guarda nada, pese a la corta extensión de la novela (161 páginas en versión física y 287 en la app Ebook Reader), a manera de "auto-biografía" el autor va incorporando sus pensamientos, reflexiones, anécdotas y elementos claves de su historia visto por el mismo en retrospectiva. 

Su estilo excéntrico llama la atención y aunque lo que escribe es un tema universal, excepto por el título de la novela "El amor dura tres años" que el autor se empeñará con detalle en hacernos entender, y que hace que no nos despeguemos de la historia.

"Uno está enamorado el día en el que pone dentífrico sobre un cepillo de dientes que no es el suyo."

Marc, alguién que acaba de pasar los treinta, está a punto de divorciarse de Anne y está saliendo con Alice, quien le promete vivir con él por la eternidad pero el problema es que ella está casada con Antoine y al parecer no lo quiere dejar. Marc y Alice viven un amor intenso pero a la vez lleno de incertidumbres y desasosiego. Marc narrará en primera persona porqué dice que el amor dura tres años.

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Sobre el autor

(Fuente Anagrama)

Frédéric Beigbeder (Neuilly-sur-Seine, 1965) es autor de otras once novelas, un libro de cuentos y dos ensayos. Durante diez años simultaneó su trabajo publicitario con colaboraciones en diferentes medios de comunicación como cronista de la noche o crítico literario en revistas, periódicos y programas de radio y televisión. Con "13,99 euros" tuvo un éxito extraordinario, encabezando durante meses las listas de best-sellers, y de paso fue despedido fulminantemente de la agencia de publicidad en la que era un brillantísimo creativo.