domingo, 25 de octubre de 2020

Noches blancas (Fedor Dostoievski, 1848)

Noches blancas es una novela corta publicada en 1848, poco antes de que Dostoievski supiera que su vida tomaría un rumbo hacia Siberia. 

En San Petersburgo, una ciudad muy importante en Rusia, se presenta el fenómeno atmosférico denominado noches blancas o sol de medianoche, en el cual, en los meses de mayo a julio, el sol no llega a ponerse del todo y el cielo queda iluminado las 24 horas del día. Esto sucede porque la ciudad está cerca al Círculo Polar Ártico. 









En su juventud, Dostoievski era un lector de grandes poetas como Schiller o Pushkin. Él y su hermano Miguel, incluso componían algunos versos. 

Un joven Dostoievski

Noches blancas, revela un trozo del espíritu de Dostoievski. La obra se narra en primera persona por el personaje principal de la novela quince años después, a modo de un relato dividido en cuatro noches y un amanecer. El protagonista es un joven de 26 años de carácter romántico, soñador y solitario, quien vive en San Petersburgo desde hace 8 años y no ha sido capaz de entablar ni una sola amistad. Vive más en la introspección mediante la lectura de muchos libros y soñando futuros imaginarios. Asimismo, es un observador agudo, conoce la rutina de mucha gente que se cruza por la calle, entabla amistad con seres inanimados como las casas y se siente solo y como abandonado por la sociedad. 

Una noche blanca, la primera, mientras se dirigía a su cuarto alquilado luego de visitar el campo a las afueras de la ciudad, observa a una joven al borde de la baranda de un puente, en una postura compungida, como de tristeza. El protagonista queda interesado en esa joven y se aproxima, pero con timidez, la joven voltea y este se detiene indeciso en continuar. La joven empieza a caminar alejándose de él, pero este la sigue a cierta distancia. De pronto, observa que un hombre borracho ha puesto atención en la joven y se dispone a perseguirla. El héroe advierte la amenaza y logra interponerse al borracho frustrando sus viles planes. 

Producto de este hecho fortuito ambos jóvenes entablan una conversación. Rápidamente congenian y se muestran sin máscaras, exponiéndose sus historias. 

La joven llamada Nástenka, es una soñadora igual que el protagonista y este, debido a su carácter impresionable, rápidamente se enamora de la joven, pero no le demuestra sus sentimientos para no ser visto como irrespetuoso. 

No obstante, la joven le trata como a un gran amigo, en realidad ambos se hacen amigos prácticamente al instante. Nástenka decide contarle su historia, tiene diecisiete años de su edad, es huérfana y vive solo con su abuela quien está ciega y que para cuidar a su nieta no ha visto mejor recurso que pinchar un extremo de su vestido al suyo de tal manera que ambas permanecen juntas. En esa exposición de su historia, Nástenka le revela también su historia de amor, un amor con un joven quien fue inquilino de su casa (en la casa que vive la abuela y la nieta deben alquilar algunas habitaciones para poder tener ingresos económicos y solventar sus gastos junto con la ayuda de la pensión que recibe la anciana). Nástenka está muy enamorada, pero de pronto el joven le revela que debe partir por espacio de año pero que volverá para casarse con ella. 

Cuando la novela inicia, ese año ya ha pasado y no hay noticias de su joven prometido, razón por la cual ella estuvo en una actitud entristecida la primera vez que el héroe la vio. 

Ante esto, el héroe esconde sus reales sentimientos y decide ayudarla a retomar comunicación con su prometido, sacrificando su amor por la felicidad de Nástenka. Así iniciará un vuelco de emociones tanto de dicha como de desengaño, de promesas, ilusiones y desamor. Dos jóvenes enamorados, por un lado, uno de un amor no correspondido y por el otro de un amor que permanece esperando una respuesta. Dos jóvenes con tanta sensibilidad, y de un discurso tan lleno de pasión que conmueve.

Comparto algunos fragmentos de la novela:
¡Y con qué voy a soñar cuando en la vida real he sido tan feliz a su lado!

...no se enamore de mi... No es posible, se lo aseguro. Estoy dispuesta a ser su amiga, aquí tiene mi mano... Pero no puede enamorarse, ¡Por favor se lo pido! 

Soy un soñador, tengo tan poca vida real y momentos como este, como el de ahora, los cuento tan raramente que es imposible que no repita estos momentos en sueños.

¡Dios mío! ¡Todo un minuto de felicidad! ¿Acaso es poco para toda una vida humana? 


 La obra fue llevada al cine en varias ocasiones, dejo el poster y una fotografía de la versión de 1960 dirigida por Ivan Pyryev.




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