jueves, 17 de marzo de 2022

El jugador (Dostoievski, 1866)


En esta novela la caída del hombre por la seducción del juego es el gran tema de la obra.

Al inicio de la novela el comentario del General hacia Alexei Ivánovich, el protagonista, de que no irá a gastarse el dinero en la ruleta puede entenderse como una advertencia contra una conducta que es propensa a caer en el juego de apuestas. Sin embargo, Alexei le responde que simplemente no tiene dinero para ello, con lo cual se deduce que tiene limitaciones económicas y que sencillamente el juego no es algo importante.

Sin embargo, conforme la novela se va desarrollando, la ciudad ficticia alemana de Ruletemburgo con su casino cercano al hotel donde él se aloja se manifiesta como un lugar de la tentación, un lugar que invita a un mundo completamente diferente, un lugar fantástico, mágico y donde uno es capaz de cambiar su destino en tan solo instantes, esa posibilidad está presente para Alexei, quien vive subordinado bajo el poder del general y humillado por Polina a quien ama pero que no solo no es correspondido sino que es víctima de burlas y humillaciones por parte de ella. Pero la tentación por el juego está presente para todos los personajes, sobre todo para los rusos que se encuentran en Ruletemburgo (Polina, quien le exige a Alexei que juegue por ella, la abuela terrateniente que queda completamente fascinada y secuestrada por el juego y el propio Alexei al final).

Alexei lo soporta todo, su situaciòn de subordinación, sus limitaciones de dinero y el desprecio de Polina, pero hay límites, que si se traspasa, todo puede quedar fuera de control. Y es así como la aparición de dos personajes, un marqués francés y un capitalista inglés, con mejor situación económica que Alexei, se conviertenen en una seria amenaza para conquistar el corazón de Polina, más aún cuando Alexei sospecha que Polina está enamorada del francés y que el inglés de ella.



Adicionalmente a ello, su buena observación le permite analizar minuciosamente a los personajes y su entorno y lo que ve no es nada bueno: Una familia esperando que la abuela se muera para cobrar una millonaria herencia, una francesa (Madeimoselle Blanche) interesada en el General por su dinero, un francés también interesado en Polina por una posible herencia, en resumen: la podredumbre moral con una envoltura de oropel que aparenta opulencia.

Alexei se muestra en la novela como el más observador, sensible y cauteloso, el otro personaje con características similares es el inglés Mr. Astley. (Nuevamente el tema del doble se hace presente aquí, el uno bueno y el otro malo).

Cuando la abuela llega a Ruletemburgo nadie se lo esperaba ya que todos creían que moriría pronto. Este suceso que se da en el capítulo 10 pone patas arriba los planes del general y su entorno interesado. Asimismo, la abuela tan digna va a visitar El casino acompañada de Alexei. Él le aconseja que sea prudente y no se exceda en el juego. Sin embargo la anciana, sin conocer las reglas del juego apuesta al zero y gana una gran cantidad. Tras saborear el éxito del azar la abuela queda completamente seducida y no pensará en otra cosa sino en apostar pese a los esfuerzos de Alexei por detenerla.

Este episodio será un evento anticipatorio de lo que le sucederá al propio Alexei al final pero que a diferencia de la abuela, ya no podrá salir de ese espiral de la adicción que lo absorberá cada vez más en el hoyo de la degradación, olvidándose de sus parientes y de su gran amor reemplazados por el deseo de ganar y como el mismo lo dijo “sacarle la lengua al destino”.

Es impresionante la descripción de las reglas del juego tanto de la ruleta como del rouge et noir y de las emociones que experimenta el jugador con cada apuesta. Alexei dolorosamente se transforma y cae para convertirse en un jugador empedernido, vicioso y tozudo. Lo pierde todo, un buen empleo, relaciones sociales y el amor por Polina.



Dostoievski escribió esta novela en un tiempo muy breve, apenas veintiséis días le tomó en hacerlo y estuvo a pocas horas de perder sus derechos de sus obras ya que el plazo de siete meses que le había dado su editor se estaba acabando y tenía que entregar una novela pronto. Dostoievski tuvo que ir a la comisaría para dejar constancia de la fecha de entrega antes del vencimiento del plazo. Fue un milagro, por así decirlo.

Dostoievski tuvo una época donde fue apostador. En su primer viaje a Europa (1862) llegó a Alemania, conoció La ruleta y se volvió en un jugador compulsivo. También conoció a Polina, quien fue su amante.

En su segundo viaje a Europa (1867) ya casado con  su segunda esposa Ana Grigorievna, volvió a recaer en la adicción por el juego de apuestas. 

Su novela El jugador tiene mucho de similitud con su biografía entonces.

Para conocer hasta qué punto Dostoievski (y su alter ego Alexei) sucumbieron por la adicción del juego es preciso indicar en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales -D.S.M.-V, la ludopatía se enmarca en los trastornos adictivos. Richard Rosenthal hace todo un análisis del caso en Dostoevsky in Context.

Los criterios de diagnóstico son:

Que la persona cumpla por lo menos con cuatro de los problemas identificados a continuación, dentro de un período de 12 meses, junto con «la conducta de juego problemática persistente y recurrente»:

• Necesidad de jugar más dinero para conseguir la excitación deseada.

• Se siente nervioso o irritable cuando intenta reducir o parar el juego.

• Esfuerzos repetidos sin éxito para cortar, reducir o abandonar el juego.

• Mente ocupada en las apuestas (reviviendo en imaginación experiencias anteriores de juego, planificando y pensando en otras jugadas, o en cómo obtener dinero para continuar jugando).

• Apuesta cuando está en desasosiego, (deprimido, culpable o ansioso).

• Después de perder, juega para ganar más.

• Miente para ocultar el grado de implicación en el juego.

• Pone en peligro o pierde relaciones importantes, empleo, carrera académica o profesional, a causa del juego. Cuenta con los demás para que le den dinero para aliviar su situación desesperada.

Dostoievski podría haber cumplido con todos los criterios por lo que se puede evidenciar la gravedad de su adicción. Felizmente, gracias al apoyo de su esposa Ana, pudo salir de ese hoyo.

Asimismo, en estos años, según Joseph Frank, uno de sus biógrafos, los denomina los años milagrosos porque fue una época muy productiva. El jugador, Crimen y Castigo, El Idiota y Los endemoniados fueron las novelas que escribió hasta 1871.

Hay que indicar también que hubo un tiempo donde Dostoievski escribía al mismo tiempo, una en la mañana y otra en la noche, las novelas de Crimen y Castigo y El jugador por lo que se podría decir que son gemelas. Las características de Alexei y Raskólnikov tienen similitudes en cuanto a su inclinación al todo o nada, a aferrarse a una idea o creencia de forma extrema y saber que si gana alcanzará la gloria o si pierde será un cero.

En fin, El jugador es una magnífica novela.

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