Del amor y otros demonios (Gabriel García Márquez)

Lectura #84

"La cabellera de Sierva María se encrespó con vida propia como las serpientes de la Medusa, y de la boca salió una baba verde y un sartal de improperios en lenguas de idólatras"

Un Gabo encanecido y con más de 60 años de vida sobre sus hombros, publicaría en 1994 una de sus últimas novelas: Del amor y otros demonios, título bastante llamativo y que lo tenía en mi lista de pendientes. Una novela corta que no llega a las 200 páginas en su versión en papel pero que en mi versión digitalizada alcanza las 363 páginas con un tamaño de letra aumentado a 150%.

Tras leer Cien Años de Soledad y su prototipo La Hojarasca,

Del amor y otros demonios es una obra de una categoría diferente. Ambientada en la América colonizada virreinal (estimo mediados del siglo XVIII) la novela narra la historia en torno a Sierva María, una niña de apenas 12 años recién cumplidos víctima de la mordedura de un perro enfermo de rabia y que tras el tibio intento de su padre el Marqués Ygnasio de devolverle la salud decide entregarla al convento de Santa Clara gracias a la retórica persuasiva de su Obispo, pese a que anteriormente el médico Abrenuncio opinó que no había signos de rabia en la niña.

Sierva María era una niña abandonada sentimentalmente por sus progenitores pese a vivir con ellos, y se pasaba gran parte del día con los esclavos negros aprendiendo sus lenguas y costumbres desconocidas por la mayoría de españoles y criollos del lugar.

Una vez ingresada al convento de Santa Clara, la niña Sierva María fue tratada como un caso de posesión demoníaca encerrándola en el sector más tenebroso y abandonado del Convento, en una celda abyecta. 

Cada día era una tortura insoportable para aquella niña, siendo la abadesa Josefa Miranda de una carácter bastante tozudo e inflexible sobre su creencia de su posesión diabólica.

El obispo entonces designa al padre de 36 años Cayetano Delaura para ser su exorcisador, un hombre erudito y muy recto según los cánones de su Institución, pero siempre con la curiosidad insaciable de leer cuantos libros existiera. 

Delaura desde el primer momento sintió una profunda ternura y compasión por aquella joven injuriada prodigándole de unos cuidados fraternos. 

Con el tiempo Delaura experimentó una transformación en su corazón que hizo que ya no pudiera desprenderse de Sierva María. El padre vio nacer en sí el sentimiento del amor y el deseo hacía su exorcisada, ante lo cual el carácter de la novela se torna profundamente dramática. 

En la época de la Santa Inquisición, de la quema de herejes en hogueras, presenciamos una sorprendente y apasionada historia de amor con un final trágico.