domingo, 8 de octubre de 2023

San Francisco de Asís (G. K. Chesterton, 1923)

 


El 04 de octubre me hube enterado, gracias a la homilía del padre Santiago Martín, que era el día en el que la Iglesia conmemora la vida y obra de San Francisco de Asís. Pude obtener un ejemplar de la biografía del santo escrita por el prolífico escritor católico Chesterton.

Chesterton divide su biografía en diez capítulos, siendo los primeros un estudio de la época anterior al santo, refiriéndose a la Edad Oscura, una época dominada por el paganismo y luego ese mismo paganismo convirtiéndose al cristianismo para empezar una nueva manera de ver el mundo. Chesterton luego describe la época en el que le tocó vivir a San Francisco de Asís, el siglo XIII.

Chesterton le imprime su característica lucidez a una biografía tan conocida y me ha dejado la impresión de la gran veneración que sintió el autor por el santo y creo que no podría ser de otra manera luego de conocer la vida de San Francisco.

Nacido en Asís, un pueblo italiano, el joven Francisco vivía cómodamente, era poeta, le gustaba divertirse y tenía el ímpetu de servir en batalla por defender su patria. Como ocurre en muchas vidas de santos, hay algo misterioso que ocurre en sus vidas que cambia la dirección que tomaba para dirigirse a la santidad. 
Y sucedió un día en que el joven Francisco, comerciante de telas, atendía a un cliente y poco después, sin haber terminado de atenderlo, apareció un pobre mendigo pidiendo una limosna. El joven Francisco experimentó en ese momento un problema, a quién atender primero, al cliente rico o al pobre mendigo. Luego de pensarlo rápidamente optó por atender primero al rico comerciante. Luego de atenderlo quiso ayudar al pobre mendigo pero se dio con la sorpresa de que ya no estaba. En ese momento el joven Francisco sintió tal angustia que no le importó dejar sus mercancías y se lanzó a correr por el mercado buscando al mendigo. Luego de correr por algunas calles finalmente lo encontró. Le ayudó con monedas y juró ante Dios que siempre ayudaría a los pobres. A partir de allí poco a poco Francisco hubo experimentando un cambio en su espíritu.

Su vida es un ejemplo de amor a Dios, a su Creación y una vida entregada al agradecimiento a Dios. Siempre fue un hombre alegre y lleno de vitalidad. Hizo voto de pobreza, obediencia y castidad. Un santo que le hizo mucho bien a la Iglesia. Fundó la orden de los Franciscanos, luego la segunda orden para mujeres (aparece Santa Clara de Asís) y también una orden terciario para hacer vida de santidad pero sin salir del mundo. San Francisco fue un santo de quien se dice fue el reflejo de Jesucristo, el que más se acercó en imitarlo. Una vida extraordinaria.

Muchos santos fueron franciscanos como por ejemplo san Pío de Pietrelcina.

Recomiendo mucho leer su biografía. 

¡San Francisco de Asís, ora pro nobis!

No hay comentarios:

Publicar un comentario