domingo, 28 de febrero de 2021

El libro de los amores ridículos (Milan Kundera, 1970) {2. La dorada manzana del eterno deseo}

 "Amamos nuestro deseo y no aquello que deseamos"

Friedrich Nietzsche


      "La mitad de la vida es deseo, y la otra mitad insatisfacción" 

Carlo Dossi



Continuación del post anterior (ver post anterior aquí).

Segundo relato: "La dorada manzana del eterno deseo"

En este relato Kundera nos narra la curiosa manera que tiene el personaje de Martín para tratar a las mujeres. 
Él es un mujeriego que ve en cada mujer la oportunidad para conocerla, registrar su nombre, el lugar donde la puede volver a encontrar y recordar su rostro y figura para tenerla presente en una futura cita.

“Martín sabe hacer lo que yo no sé. Detener a cualquier mujer en cualquier calle.” (Kundera)

Pero este hecho, la osadía de llamar la atención de cualquier mujer era su fin en sí mismo.

“El error de Martín consistía en que la denominada detención de la mujer se convertiría a veces para él en un virtuosismo, en un fin en sí mismo, con el que frecuentemente todo terminaba. Por eso solía decir, no sin cierta amargura, que parecería un delantero que le pasa generosamente balones seguros a su compañero de juego, para que éste meta luego goles fáciles y recoja una gloria fácil. (Kundera).

La historia narra la aventura de Martín y su amigo (el narrador) que tuvieron sábado con el plan de ligar (entablar relaciones amorosas o sexuales pasajeras. Acepción 16 del verbo ligar según el Diccionario de la Lengua Española) una joven enfermera que acababan de conocer en una cafetería unos días antes. Asimismo, conocen a varias chicas más e intentan llevar el plan de seducción que domina Martín.

Martín está casado. 
“tiene una mujer muy joven; y lo que es peor: está enamorado de ella; y lo que es aún peor: le tiene miedo; y lo que es aún muchísimo peor: tiene miedo de perderla (Kundera).

El narrador nos hace una reflexión entre él y Martín en lo que respecta a su forma de vivir ese juego poligámico:

“A veces tengo la sensación de que mi vida poligámica no procede más que de la imitación de otros hombres; no niego que en esa imitación he hallado placer. Pero no puedo evitar la sensación de que en ese placer sigue habiendo algo completamente libre, lúdico y revocable, algo como lo que caracteriza por ejemplo las visitas a las galerías de arte o a los paisajes desconocidos y que no está en modo alguno sometido al imperativo incondicional que intuía en la vida erótica de Martín”. (Kundera)

En el relato también se advierte una pequeña reflexión sobre la amistad entre algunas mujeres:

“-Esto responde a una especie de curioso principio -le dije a Martín-, la mujer fea espera lograr algo del esplendor de su amiga más guapa; la amiga guapa, a su vez, espera reflejarse con mayor esplendor si la fea le sirve de telón de fondo; de ahí se desprende que nuestra amistad se vea sometida a continuas pruebas.” (Kundera)

Finalmente en el relato también se hace una reflexión sobre la fe:

“El exceso de fe es el peor aliado… Cuando crees en algo al pie de la letra, terminas por exagerar las cosas ad absurdum. El verdadero partidario de determinada política nunca se toma en serio sus sofismas, sino tan solo los objetivos prácticos que se ocultan tras estos sofismas. Las frases políticas y los sofismas no están, naturalmente, para que la gente se los crea; su función es más bien la de servir de disculpa compartida, establecida de común acuerdo; los ingenuos que se los toman en serio terminan antes o después por descubrir las contradicciones que encierran, se rebelan y al final acaban vergonzosamente como herejes y traidores”. (Kundera)

domingo, 14 de febrero de 2021

El libro de los amores ridículos (Milan Kundera, 1970) [1. Nadie se va a reír]

"No había otra posibilidad, tenía que interrumpir aquella historia ruin, aquella broma estúpida que no se contentaba consigo misma sino que se multiplicaba monstruosamente dando lugar a más y más bromas estúpidas, deseaba borrar todo este día que se había producido por error..." Fragmento de La broma (Kundera)


Portada en checo


“El libro de los amores ridículos” es una colección de relatos de historias de amor tragicómicas rayando en lo absurdo. Aparecieron por primera vez como tres colecciones editadas individualmente Směšné lásky (1963) (amores ridículos), Druhý sešit směšných lásek (1965) (segundo libro de los amores ridículos) y Třetí sešit směšných lásek (1968) (tercer libro de los amores ridículos). En 1970, Kundera seleccionó siete de las diez historias y las publicó con el nombre de Směšné Lásky (amores ridículos).

Primer relato: “Nadie se va a reir”

En este relato el tema de la broma como causa de un cambio inesperado y absurdo en la vida de un hombre vuelve a tomar fuerza como ya se plasmó en su primera novela “La broma” ver mis comentarios aquí.

El personaje principal es un profesor universitario de Historia del Arte, quien convive recientemente con su joven pareja Klara, una hermosa joven qien trabaja como obrera en una fábrica textil. Ambos viven cómodamente y sin problemas en un departamento alquilado.

“Sírveme un poco más de slivovice”, me dijo Klara y yo no puse objeciones (Kundera).

De esta manera inicia el relato. Ambos están en el departamento celebrando por la gratificación recibida por la publicación de un estudio hecho por el catedrático en una revista sobre crítica de arte.

El cartero le trajo el dinero a la facultad, pero junto al dinero también le entregó una carta, una carta cuyo contenido propiciará el inicio de una broma y como consecuencia de ello surtirá un inesperado cambio en la vida de la pareja.

““Estimado camarada y, si me permite ese tratamiento, colega”, empecé a leérsela a Klara. “Disculpe, por favor, que una persona como yo, con la que Ud. no ha hablado en la vida, le escriba esta carta. Me dirijo a Ud. para rogarle que tenga la amabilidad de leer el artículo adjunto. No le conozco a Ud. personalmente, pero le aprecio como persona cuyos juicios, reflexiones y conclusiones me han llenado de asombro, porque su coincidencia con los resultados de mis propias investigaciones es tal que me he quedado completamente consternado…” y seguían una serie de elogios a las excelencias de mi obra y una petición: Si tendría la amabilidad de escribir un informe sobre su artículo, un juicio crítico para la revista “Pensamiento Artístico”, en la que desde hace ya más de medio año se lo rechazan y se niegan a prestarle atención. Le dijeron que mi valoración sería decisiva, de modo que ahora me he convertido en su única esperanza como escritor, en la única lucecilla que le alumbra en la terrible oscuridad.

Nos reímos del señor Zaturecky, cuyo rimbombante apellido nos fascinaba; pero nos reímos de él sin ensañarnos, porque los elogios que me dirigía, especialmente en combinación con la excelente botella de slivovice me habían ablandado. (Kundera).

Lo que empezó con algo muy gracioso para el narrador, pronto advirtió que no lo era para nada para el señor Zaturecky quien, con una determinación de hierro e insistencia insoportable para que se le escriba el ansiado informe, poco a poco estas inistencias alteraría la vida del protagonista conduciéndola a una reducción de su tranquilidad y paz para disfrutar de su vida privada, de la libertad de su intimidad. La broma se convierte en problema que va creciendo como una bola de nieve y lo va hundiendo en una espiral de difícil retorno.

Kundera suele plasmar sus propios pensamientos y tesis mientras narra la historia. En el capítulo 2 reflexiona sobre nuestra imposibilidad de saber el futuro y cómo vivimos ante esa incertidumbre.

“El hombre atraviesa el presente con los ojos vendados. Solo puede intuir y adivinar lo que de verdad está viviendo. Y después, cuando le quitan la venda de los ojos, puede mirar al pasado y comprobar qué es lo que ha vivido y cuál era su sentido” (Kundera)

Esta reflexión me recuerda a un fragmento de “La insoportable levedad del ser” (1984): Si desean leer mis notas sobre la novela consulta aquí.

¿Es mejor estar con Teresa o quedarse solo?

No existe posibilidad alguna de comprobar cuál de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación alguna. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo. Pero ¿qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma? Por eso la vida parece un boceto. Pero ni siquiera boceto es la palabra precisa, porque un boceto es siempre un borrador de algo, la preparación para un cuadro, mientras que el boceto que es nuestra vida es un boceto para nada, un borrador sin cuadro. (Kundera).


Tanto en la Universidad como la junta de vecinos lo juzgan injustamente, algo completamente absurdo, una situación kafkiana.

-Pero ¿de qué delito se trata? -exclamé-_ Explicaré delante de todos cómo han ocurrido las cosas: si las personas son personas, tendrán que reírse.
-Como le parezca. Pero verá usted que, o las personas no son personas, o usted no sabía cómo eran las personas… (Kundera)

Y producto de todo aquello, Klara rompe con la relación

“Si te puedo dar un consejo, la próxima vez sé honesto y no mientas, porque ninguna mujer respeta a un hombre que miente (Kundera)

En una sociedad que ha perdido el sentido del humor estas situaciones pueden pasar.


Nota: Dato sobre el slivovice (Wikipedia)



El Slivovitz o Slivovice es una bebida alcohólica, destilada y fermentada del zumo de ciruela. A menudo, es incolora.

Es similar al poitín irlandés y la versión casera suele emplear diferentes tipos de ingredientes, entre ellos hierbas aromáticas. Es muy parecido también al brandy y a veces se denomina brandy de ciruelas (o también plum brandy en inglés).

El contenido de alcohol puede variar en un rango que va desde 40-70 % por volumen, pero la más probable puede oscilar entre 40-55 %. Se trata de la bebida nacional de la República Checa y República Eslovaca (se elabora casi el 70% de la producción mundial en esta zona de Europa Central). También es muy popular en Croacia, Hungría, Serbia, Eslovenia, Montenegro, Bulgaria, Macedonia del Norte y Bosnia-Herzegovina.

Los otros relatos que contiene el libro son:

La dorada manzana del eterno deseo, 
El falso autoestop, 
Symposion, 
Que los muertos viejos dejen sitio a los muertos jóvenes, 
El doctor Havel al cabo de veinte años y 
Eduard y Dios.


Portada en español



Otro dato:

Milan Kundera (1929) recientemente recibió el Premio Franz Kakfa (septiembre, 2020) “su obra representa no sólo una contribución extraordinaria a la cultura checa (...), sino también a la cultura europea y mundial”.


El Premio Franz Kafka:

Premio Franz Kafka: el primer premio literario internacional en la República Checa

El fundador del Premio Franz Kafka es la Sociedad Franz Kafka de Praga. Está organizado por la Sociedad Franz Kafka, el coorganizador es la capital. ciudad de Praga . El premio se lleva a cabo bajo los auspicios del Presidente del Senado del Parlamento de la República Checa y el Alcalde de la ciudad capital de Praga . La misión del Premio Franz Kafka es reconocer la obra literaria artísticamente excepcional de un autor contemporáneo, cuya obra atrae a los lectores independientemente de su origen, nacionalidad y cultura, así como la obra de Franz Kafka, uno de los más grandes autores de la literatura mundial moderna. El galardón lo entrega el alcalde de la capital. de la ciudad de Praga y el presidente de la Sociedad Franz Kafka a un escritor elegido por un jurado internacional. La ceremonia solemne tiene lugar en las instalaciones representativas del Ayuntamiento de la Ciudad Vieja de Praga, siempre a finales de octubre, con motivo de la fiesta nacional de la República Checa. Además de la cantidad económica de 10.000 USD y un diploma, el ganador de este premio tiene derecho a una estatuilla de bronce, una versión reducida del Monumento a Franz Kafka en Praga.

Los ganadores del premio Franz Kafka año a año son:

Ganadores del Premio Literario Internacional Franz Kafka

2001: Philip Roth - Estados Unidos
2002: Ivan Klíma - República Checa
2003: Péter Nádas - Hungría
2004: Elfriede Jelinek - Austria
2005: Harold Pinter - Gran Bretaña
2006: Haruki Murakami - Japón
2007: Yves Bonnefoy - Francia
2008: Arnošt Lustig - República Checa
2009: Peter Handke - Austria
2010: Václav Havel - República Checa
2011: John Banville - Irlanda
2012: Daniela Hodrová - República Checa
2013: Amos Oz - Israel
2014: Jen Lien - Kche (Yan Lianke) - China
2015: Eduardo Mendoza - España
2016: Claudio Magris - Italia
2017: Margaret Atwood - Canadá
2018: Ivan Wernisch - República Checa
2019: Pierre Michon -Francia
2020: Milan Kundera - República Checa

Ver información en la página de la sociedad Franz Kafka: http://www.franzkafka-soc.cz/cena-franze-kafky/

Milan Kundera (n.1929)


Premio Franz Kafka. Es una estuatilla réplica a menor escala de la estatua original en Praga.





domingo, 7 de febrero de 2021

Polzunkov (Dostoievski, 1847)

"No había otra posibilidad, tenía que interrumpir aquella historia ruin, aquella broma estúpida que no se contentaba consigo misma sino que se multiplicaba monstruosamente dando lugar a más y más bromas estúpidas, deseaba borrar todo este día que se había producido por error..."

                                                                                         Fragmento de La broma (Milan Kundera)


“El secreto de las grandes fortunas sin causa aparente es un crimen olvidado, porque se ha cometido de una manera limpia.”

                                                                                                          Papá Goriot (Honoré de Balzac)



Es un relato sobre un episodio que ocurrió hace seis años y que decidió la suerte de un hombre, precisamente de Polzunkov.

Este hombre no es más que un payaso en el sentido peyorativo de la palabra y vive de la lástima de la gente. Se le conoce por su humor, sus muecas grotescas y su divertida perorata.

La descripción del personaje que hace el autor es sencillamente magistral:

“Parecía temer la burla, cuando su forma de ganarse el pan era ser un eterno payaso que ponía sumisamente su cabeza para recibir capirotazos; ello en el sentido moral como en el físico, dependiendo de la compañía en que se encontrara” (Dostoievski)

“Aquel caballero pedía dinero prestado eternamente, es decir, que esa era su forma de pedir limosna, pues, tras hacer bastantes payasadas y divertir lo suyo al público, sentía que de alguna manera tenía derecho a pedir un préstamo” (Dostoievski)

Un día se le ocurrió contar a todo el mundo lo que le pasó hace seis años en la casa de Fedoséi Nikoláich y cómo no pudo llegar a casarse.

Entonces, mientras la gente se colocaba alrededor de él, Polzunkov, subido a una silla, empezaba a contar aquel absurdo episodio sobre un soborno y una broma. Del dinero que su jefe le entregó a oscuras para comprar su silencio y no ser denunciado por malo manejos en las cuentas; Polzunkov había encontrado documentación probatoria de corrupción por parte de Fedoséi. Por un gesto de lealtad Polzunkov aceptó el soborno, pero lleno de remordimientos. La víspera del primero de abril, día de los santos inocentes en Rusia, decidió gastar una broma a su jefe diciéndole que renunciaba; no obstante, esta broma le resultaría demasiado cara tornando a su destino en algo tragicómico. Perdió el dinero, a su posibilidad de casarse y a su buen empleo de un plumazo. Y por supuesto, Fedoséi siguió haciendo lo suyo y no fue denunciado.