viernes, 11 de junio de 2021

E. A. Poe (Walter Lennig, 1986)

“Once upon a midnight dreary, while I pondered, weak and weary, 

Over many a quaint and curious volume of forgotten lore—

While I nodded, nearly napping, suddenly there came a tapping, 

As of someone gently rapping, rapping at my chamber door. 

“’ Tis some visitor,” I muttered, “tapping at my chamber door— 

Only this and nothing more.”" 

(Fragmento del poema The Raven. Edgar Allan Poe)






Hola, amable lector, gracias por visitar el blog:

La curiosidad por los libros en esta oportunidad me ha llevado a leer la biografía del famoso escritor norteamericano Edgar Allan Poe (1809 – 1849).

Su vida está repleta de muchísimos momentos difíciles. Huérfano desde muy pequeñito, con la consciencia de que su padrastro no le amaba y que al mismo tiempo dependía de él económicamente fue una tensión constante que le llevó a dejar su hogar muy joven y emprender vuelo como pudiera en la sociedad norteamericana.

Desde muy joven se dio cuenta de su gusto por las letras y eso fue precisamente la tabla de salvación para poder sobrevivir.

Poe fue el primero que analizó la composición poética sistemáticamente como si fuera un problema matemático. Su poema The raven (1845) es una clara demostración de ese afán en la construcción perfecta de versos y darle esa musicalidad característica que se encuentra al leerlo.

Poe también fue muy imaginativo y sumamente analítico, elementos que al combinarlos fue capaz de construir historias de misterio, resolución de crímenes con una lógica sorprendente.

Los crímenes de la calle Morgue (1841) es un ejemplo de esa capacidad de análisis que tiene Poe y que pone en el personaje Dupin, un detective aficionado, toda esa habilidad para desvelar el caso.

En el ensayo El jugador de ajedrez de Maelzel (1836) consigue revelar, con unos razonamientos muy agudos, la farsa de una máquina de ajedrez.

Pese a las geniales obras que hizo Poe, no tuvo mucha fortuna en Norteamérica. Sin embargo, su literatura llegó a Europa y “el 27 de enero de 1847 -la investigación literaria francesa ha determinado exactamente la fecha- cuando, en Paris, el entonces desconocido Charles Baudelaire leyó la narración de Poe titulada El gato negro. Y con ello, Poe, sin saberlo, ganaba el mayor apóstol de su fama mundial” (Walter Lennig). Efectivamente Baudelaire y otros escritores franceses empezaron a estudiar inglés para leer a Poe y luego dedicarse a traducirlo al francés, de esta manera es como se empieza a difundir las obras de Poe, llegando incluso a Rusia, influyendo en muchos autores como Dostoievski: “Está comprobado que El gato negro y El corazón delator produjeron una profunda impresión en Fiodor Dostoievski y se puede observar su huella especialmente en Raskólnikov” dice el autor del libro.

“No puede, pues, maravillarnos que tan populares y afortunados narradores como Robert Louis Stevenson y Conan Doyle testimoniaran públicamente su agradecimiento a Poe. El creador de Sherlock Holmes no ocultó nunca que el auténtico propietario de la patente se llamaba Edgar Allan Poe. Casi todos los detectives privados que aparecieron después se crearon siguiendo su modelo, nunca igualado de Auguste Dupin. Y cientos de escritores de novelas policíacas, más o menos dotados de talento, se consagraron exclusivamente al género creado por Poe y labraron fortunas con esa mina de oro” (Walter Lennig). Datos impresionantes con lo que queda demostrado el vínculo y el alcance de su influencia en los escritores.

Poe también escribió reseñas de libros y ensayos literarios, fue un hombre entregado a la creación literaria.

Su salud se deterioró pronto y falleció a los cuarenta años, dejando un legado muy valioso a la humanidad.

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