miércoles, 14 de febrero de 2024

El silencio de Dios. Diario de un misionero mártir. (Padre Santiago Martín, 1999)

 

Nosotros tenemos necesidad del silencio de Dios para experimentar de nuevo el abismo de su grandeza y el abismo de nuestra nada que se haría cada vez más grande si no estuviese él (La muerte de Cristo, Benedicto XVI)



Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos (Jn 15, 13)

Hoy es miércoles de ceniza y marca el inicio de la Cuaresma, tiempo de preparación para la Pascua de resurrección.

La lectura de este libro, realizado con mucho amor por el padre Santiago Martín, me deja mucha enseñanza espiritual.

Se trata de la recopilación y reconstrucción del diario de un misionero marista español que apunta sus vivencias desde el lejano campo de refugiados de Bugobe, en Nyamirangwe, en el país de Zaire (actualmente República Democrática del Congo), en el centro de África.

La historia está basada en un hecho real que trascendió en los medios de comunicación cuando el 13 de noviembre de 1996 en el diario "El País" de España se publicó el siguiente titular de noticia: "Milicianos hutus mataron a los cuatro maristas". 

https://elpais.com/diario/1996/11/13/internacional/847839616_850215.html

Este libro, desde los apuntes del marista Julio, uno de los cuatro maristas, recrea día a día lo que va viviendo en Bugobe.

Servando Mayor, Miguel Ángel Isla, Fernando de la Fuente y Julio Rodríguez fueron los cuatro maristas que murieron asesinados la noche del 31 de octubre de 1996 por unos matones cuya raza hutu ellos defendían.

Habría que conocer el contexto de este fatal episodio. La historia es complicada pero básicamente por es época se exacerbó un odio entre dos razas, los Tutsis y los Hutus.

En 1994, los Tutsis toman el poder en el país de Ruanda asesinando a su presidente al hacer volar el avión en el que viajaba, justo después de un acuerdo de paz.

Ante este fatal suceso los Hutus tomaron venganza y cometieron una masacre sangrienta contra los Tutsis, dejando miles de muertos.

En 1996, lo Tutsis vuelven a la carga y miles de ruandeses de la raza hutu huyen del país por la frontera con destino a Zaire ya que, tras los antecedentes de 1994, el pánico se apoderó de la población hutu ya que los tutsis buscarían venganza.

Miles de hutus llegaron a diferentes campos de refugiados en Zaire cerca a la frontera de Ruanda y Burundi. A uno de esos campos de refugiados, en Bugobe, llega Julio Rodríguez, amigo del padre Santiago Martín, para continuar su servicio como misionero marista en África.

Del diario se evidencia las tremendas dificultades que aquella población tenía para sobrevivir tanto en Bugobe como en los diferentes campos de refugiados donde miles de ruandeses, de todas las edades luchan por tener un día más de vida.

Los maristas, una comunidad católica fundada en el siglo XIX por el beato Marcelino Champagnat, se encargan de darles ayuda espiritual, intelectual y material. Pero los recursos son escasos e insuficientes para tantísima gente necesitada. Hacen lo que pueden. También en el campo hay dos sacerdotes que cada domingo celebran la misa. En otro campo hay más religiosos, incluyendo algunas religiosas. Muchos de ellos tuvieron también el mismo fatal destino.

A pesar de tantos días viviendo con la extrema pobreza material, Julio se mantiene firme en la fe, una fe que es de admirar e imitar. Siempre orando y viendo a Cristo en cada miembro del campo de refugiados hacía muchas actividades para servirles: dictaba clases de religión a los niños, repartía comida y ropa, medicina, iba de compras para adquirir los alimento y el combustible en otros lugares, veía por el buen funcionamiento del molino, coordinaba con autoridades para la mejora en las condiciones de los refugiados. Los cuatro maristas hacían todo lo posible para dar lo mejor. 

Me deja marcado profundamente la entrega total del marista Julio a nuestro Salvador, he de volver al libro para releer muchos pasajes que son como alimento espiritual ante momentos de adversidad. Es impresionante el sacrificio que hizo al preferir alejarse de su familia, de sus padres, de su madre patria España, para ir a un remoto pueblo africano, de cultura, idioma y clima distintos y lleno de adversidades. Pero nadie lo comprendería si no se lo viera desde la fe y del llamado de Dios que el creía fervientemente para servir a Cristo, para abrazar su Cruz con Él y por eso para ayudar a esa gente pobre y necesitada de todo, de Dios.

"

26 de octubre.(...) Señor, en medio de este torbellino, elevo mi alma a ti y te digo, como te prometí, "Jesús crucificado y abandonado, estoy dispuesto a estar así toda la vida con tal de estar contigo. Te quiero. Dame fuerzas para ser fiel hasta el final".


Como dijo santo Tomás y lo recordó hoy en su homilía el padre Santiago Martín: "Vamos a Jerusalén a morir con Cristo". Eso es exactamente lo que el misionero hizo. Por amor a Dios. 

El libro además contiene una crónica de lo que sucedió después del 31 octubre de 1996, es decir, el desarrollo de cómo pudo haberse producido el crimen, cómo llega a saberse y qué pasó con el resto de religiosos y con la población refugiada. Asimismo, el libro reúne las opiniones sobre el misionero de parte de muchos de los que lo conocieron y además contiene una colección de los propios pensamientos y reflexiones del misionero Julio que apuntaba a lo largo de las diferentes misiones africanas que llegó a realizar. En definitiva, este libro es testimonio de cuatro santos maristas que ofrecieron su sangre por amor al Señor, para ir al Padre. 

Termino con las palabras del padre Santiago Martín de la página 213 del libro:

"Honor y gratuidad, pues, a los mártires, a los testigos de Cristo. Hora de reflexión para todos nosotros que, llamados como ellos a dar la vida, dejamos que el tiempo escape veloz por nuestras manos sin tener en ellas nada que valga la pena; sin poderle ofrecer al Señor, al prójimo y a nosotros mismos el testimonio de que los talentos que un día recibimos los hemos hecho rendir de manera apropiada. Que los mártires, que María Santísima a la que ellos se encomendaron, intercedan por nuestra mediocridad y por nosotros."

Anexos:

Comparto aquí algunos vídeos encontrados en Youtube sobre los cuatro mártires maristas de Bugobe.







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