domingo, 23 de junio de 2024

Diálogos de Carmelitas (Georges Bernanos, 1949)


Georges Bernanos reelabora bajo la forma de una pieza de teatro la novela de Gertrud von Le Fort, "La última en el cadalso". Había mencionado en la anterior nota que esta obra se basa en hechos reales, es decir, estas dieciseis mojas carmelitas fueron sentenciadas por los revolucionarios franceses y guillotinadas acusadas de "antirrevolucionarias". 

La obra nos permite ver muy de cerca la vida de aquellas religiosas, mujeres de diferentes edades, con sus propias personalidades y que decidieron voluntariamente llevar una vida consagrada a Dios. Mujeres valientes y siempre en oración.

Entonces, surge la pregunta, ¿qué daño pudieron hacer aquellas mártires para merecer tan abominable castigo de parte de los hombres revolucionarios?  Ninguna, eran personas felices viviendo bajo su regla conventual, esforzándose cada una por logar la santidad.

Desde esta óptica narrativa de la obra que resalta la santidad de aquellas monjas, con sus temores, dudas y convicciones, se puede vislumbrar, por contraste, la gran abominación que fue la Revolución francesa. Revolución, que vino a destruir todo lo sagrado, a asesinar a tantísimos fieles, a intentar quitar todo la religiosidad de los hombres en nombre de la libertad, igualdad y fraternidad, palabras que quedan huecas tan solo enterándose de todo el horror que cometieron los demonios revolucionarios.

Reproduzco a continuación un pasaje del diálogo entre la novicia Blanche de la Agonía de Cristo (débil y llena de dudas y temores) y la Madre María de la Encarnación (monja de gran fortaleza espiritual y dispuesta para el martirio), la angustia que revela Blanche es conmovedora. Dios reservará un destino inesperado para ambas:

Blanche
Es cierto...¡oh Madre María, si hay alguna manera de salvarlas, me parece que esta vez tendré el coraje...
Madre María
No se trata de salvarlas, sino de cumplir con ellas el voto que hicimos libremente, hace pocos días.
Blanche:
¡Qué! ¿las dejaremos morir sin hacer nada por ellas?
Madre María
Lo que importa, hijita, es que no las dejes morir sin nosotras.
Blanche
¡Eh!¡Qué necesitan que muramos!
Madre María
¿Es una chica del Carmelo hablando así?
Blanche
Muere, muere, ¡solo tienes esta palabra en tu boca! ¿Alguna vez se cansarán de matar o morir? ¿Estarás alguna vez satisfecha con la sangre de otros o con tu propia sangre?
Madre María
Solo hay horror en el crimen, hija mía, y es a través del sacrificio de vidas inocentes que este horror se borra, el crimen mismo se devuelve al orden de la caridad divina...

Blanche patea su pie

Blanche
¡No quiero que mueran! ¡Yo no quiero morir!

Ella huye sin que la Madre María pueda detenerla (...).

Una obra muy recomendable.

Sobre el autor:

(De Wikipedia)



Georges Bernanos (París, 20 de febrero de 1888-Neuilly-sur-Seine, 5 de julio de 1948) fue un novelista, ensayista y dramaturgo francés. En su primera novela, Bajo el sol de Satán (1926), ya están patentes sus preocupaciones religiosas. Bernanos ahonda en la psicología del hombre donde tiene lugar el enfrentamiento entre el bien y el mal, la fe y la desesperación. Publicó, entre otros títulos, La alegría, Los grandes cementerios bajo la luna y Diario de un cura rural (1936).

Pensamiento

Bernanos se vincula con una visión trágica del cristianismo semejante a la de François Mauriac y Graham Greene, que trata de dar una respuesta de fe al tema esencial en la literatura contemporánea de las relaciones del hombre con el mundo. Visión trágica del cristianismo no es así porque todos ellos insisten en el aspecto desgarrador de la doble postulación baudelairiana del hombre «hacia Dios y hacia Satanás». Pero mientras que en Mauriac la lucha entre el pecado y la gracia, entre el bien y el mal, se libraba en el campo interior del corazón humano, en Bernanos el combate se entabla muchas veces a escala cósmica con intervenciones de lo sobrenatural en el ambiente cotidiano y vulgar de los grises pueblos franceses. Y grises son también, humanamente hablando, sus personajes: el abate Donissan de Bajo el sol de Satanás o el cura d'Ambricourt de Diario de un cura rural esconden bajo su rudeza, bajo su debilidad física, una trágica grandeza y una auténtica santidad. Frente a ellos, con el abate Cénabre de La impostura Bernanos es el novelista del sacerdote que ha renegado secretamente de Dios y que cumple todos los días los gestos de su sacerdocio, representa el polo opuesto. De la misma manera que a la pura y radiante figura de la niña Chantal de Clergerie se contraponen los negros perfiles de la perversa Mouchette.

Bernanos es un pesimista pintor de extremos; tanto el cura d'Ambricourt —cuyas últimas palabras son «Todo es gracia»— como el impostor abate Cénabre —que muere recitando el padrenuestro «con voz sobrehumana»— llevan el combate hasta sus últimas consecuencias. Pero, sean santos o presas de Satanás, hay en todos ellos, según él, una dimensión religiosa, pues «hasta en la blasfemia hay algo de amor a Dios». Mientras que lo estéril, lo desesperanzador, lo que nunca será tocado por la gracia son las almas tibias, cómodamente encerradas en su egoísmo, en su orgullo o en su indiferencia. En este sentido el panfletario prolonga al novelista y su voz ruda y airada (muy semejante en tantos aspectos a la de León Bloy) denuncia apasionadamente la mediocridad y la falsa buena conciencia en todos sus aspectos. No obstante el vigor de su estilo alucinado, al pasar al campo de la polémica se descentra frecuentemente y hace que la censura justa y el rasgo incisivo desemboquen en violencias verbales exageradas. Jansenista en cuanto al sentimiento, Bernanos se deja arrastrar en su solitario combate por el caudal de su elocuencia. Con todo, su obra es uno de los más vigorosos testimonios de la literatura contemporánea.

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