Acabo de parir un nuevo relato con motivo de participar en el taller de literautas. La idea es que el texto no supere las 750 palabras, que tenga una introducción, un nudo y su desenlace. Asimismo, debe aparecer un castillo y contener la frase "se acabó el juego". Bien, al inicio tenía ideas vagas sobre qué escribir, pero luego hilé la historia movido por una marcada influencia de mis últimas lecturas y he querido exponer el tema faustico. Sin mis lecturas previas no hubiera ideado este pequeño relato.
Aquí está entonces:
Una
espeluznante visita
Era
una noche fría de abril. Desde el cuarto piso de un edificio cualquiera, un
hombre acababa de entrar a su habitación luego de dar las buenas noches a su
esposa e hija. Cerró su puerta, silenciosamente, y apagó las luces. A través de
la amplia ventana se observaba la calle con sus dos autopistas de sentidos
contrarios sobre las que de cuando en cuando algún auto pasaba a toda
velocidad. La luna llena iluminaba tímidamente un pedazo de la cama donde
descansaba una edición antigua de la biblia.
De
pronto, se oyó una voz que dijo - Tardaste en entrar, amiguito. ¿No sabes que
no dispongo de mucho tiempo? Era una voz con un tono de sarcasmo muy evidente,
hablaba bajo pero claramente.
El
hombre, quien acababa de entrar a su habitación, se quedó paralizado mientras
un frío estremecimiento le recorrió por la columna vertebral. Hace unos
instantes acababa de ver dormir a su esposa e hija en el cuarto adyacente y decirse
a sí mismo, con franca alegría, lo afortunado que era de tener una familia.
Ahora, de pronto, una extraña voz invadía su ser y le hacía recordar que su
destino ya se encontraba escrito.
Aurelio
Díaz, ese era su nombre, presa de espanto, preferido pactar con el demonio en
contra de seguir a Dios. Era el sexto hombre quien hacía un pacto con el
maligno, desde principios de año.
-
Acuéstate – volvió a
hablar el demonio- y cierra de tus ojos. Esta noche, a través de un mágico
sueño, te llevaré a un castillo celta de la edad media. Sé que allí podrás
encontrar hermosas mujeres, como las que no encuentras aquí.
Aurelio
no hizo más que obedecer no tanto por miedo sino por curiosidad, el “viajar” a
la edad media era algo que le había fascinado siempre, y tan pronto se puso
horizontal cayó en un sueño profundo.
El
viaje imaginario de aquél hombre lo situó en Irlanda del Norte, 700 años antes
de la era actual. Había llegado al pueblo de Neftos, capital de uno de los
cuatro reinos del norte. El reino se diferenciaba de los demás por la imponente
presencia de su castillo. Construido en la cima de una colina hecho de piedra
sagrada. Cuatro poderosas torres formando un cuadrado imaginario defendían la
fortaleza.
Aurelio,
para su sorpresa iba vestido majestuosamente, llevaba puesto una capa rojiza y
una gran corona dorada con brocados de rubíes. No cayó en la cuenta del papel
que desempañaba en ese mundo sino hasta cuando desde el otro extremo de la
amplia sala real apareció un hombre rechoncho agitado gritando:
-¡Su majestad! ¡El pueblo se ha rebelado! ¡Vienen
de todas partes con teas, palos, y toda clase armas! – gritaba desesperado el
hombrecillo.
Aurelio
no supo qué decir. Lo único que fue capaz de hacer fue levantarse de su trono y
dirigirse, trémulo, al balcón. De pronto, él mismo confirmó las palabras de su
vasallo. En lontananza se veía una gran masa armada que se aproximaba con
rapidez. Un frío sudor recorrió sus sienes… Mientras contemplaba con horror a
la masa que se acercaba, recordó la historia que el diablo le había contado hace
un tiempo atrás. La historia trataba
sobre el último enfrentamiento de un rey. La muerte misma se le había aparecido
mientras agonizaba presa de una infección que le necrosaba la pierna. Aurelio
sabía cómo había acabado esa historia. Sabía que su pueblo se reveló y que
cuatro demonios llegaron a su lecho para llevárselo al infierno. Hubo un
silencio y luego Aurelio dijo con voz queda: -Lo que vivo ahora es muy parecido
a esa historia. La diferencia es que estoy en un sueño.
Inesperadamente,
una carcajada horrible le interrumpió de su ensimismamiento. Al darse vuelta,
Aurelio, vio espeluznado al viejo vasallo transformándose en un espectro negro
y deforme, hablando así:
-Camarada,
me llama la atención que aún no te hayas dado cuenta que este castillo será tu
tumba. El juego ha terminado amiguito y tú serás un alma más que me servirá
mientras duren las tinieblas. La historia que te había contado era, en
realidad, una aproximación a tu misma muerte. De este sueño despertarás en el
abismo. – dijo con elocuencia y soberbia el terrible espectro.
Aurelio,
demasiado tarde, lo comprendía todo ahora, había conseguido ser feliz, al
obtener una familia, pero al precio de su alma.
……….
Al
día siguiente muy temprano, su esposa cayó en la locura al encontrar el cuerpo
desmembrado de su esposo en todo su cuarto.
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