Como el mismo Balzac lo escribe en el epílogo a sus primeras ediciones, era necesario más paciencia que arte para crear esta novela, que según el, es una miniatura imperfecta de un episodio real de una provincia francesa.
Mario Vargas Llosa considera que Eugenia Grandet es una de las más hermosas novelas de La comedia humana.
Fiódor Dostoievski fue un gran admirador de la obra de Balzac, tanto así que tradujo al ruso Eugenia Grandet en los años de su juventud, antes de escribir su primera novela Pobre gente.
En ese sentido, haber leído una obra tan apreciada por escritores tan admirables es gratificante.
Eugenia Grandet es una novela que se disfruta mucho leerla. El narrador no deja pasar ningún detalle trazando una fisiología muy completa de la vida en la región de Saumur, construyendo unos personajes entrañables, con sus propias formas de ver el mundo, y un estilo narrativo exquisito.
Honoré de Balzac, pone en juego fundamentalmente dos formas de ver el mundo, la primera desde una perspectiva capitalista, materialista con un egoísmo y una ambición por el dinero a ultranza (representación del cuarto círculo del infierno de Dante) enfrentados con otra visión del mundo, la segunda, una visión cristiana, piadosa, santa, que busca la trascendencia.
La primera visión está representado principalmente por Félix Grandet y Charles Grandet, sobrino de éste, y la segunda visión representada por Eugenia Grandet.
Para el primer caso el dinero es un fin en sí mismo, por lo que su felicidad consiste en acumular cantidades enormes de dinero sin preocuparse de nada más sin importarle que su familia viva en la miseria.
Para el segundo caso el dinero es un medio. Un medio para poner en acción los sentimientos piadosos de un alma pura, angelical y sacrificada.
Un personaje a destacar es Charles Grandet, primo de Eugenia, quien llegó de París para quedarse un tiempo en Saumur cuyos motivos verdaderos de esa visita se entera uno después. La tragedia familiar golpeó fuerte al joven Charles, un joven mimado y criado en los lujos parisienses y que, en el dolor por la pérdida familiar, la muerte de su padre, sus sentimientos se ponen en sintonía con los piadosos sentimientos de Eugenia naciendo entre ambos el primer amor. Con el tiempo solo uno de ellos seguirá conservando esa pureza, esperanza de amor verdadero.
Charles, el hombre caído que se entregará a la codicia renunciando y traicionando lo más puro que tenía, el amor de Eugenia, es un ejemplo de la transformación que un ser humano puede sufrir si solo recorre un camino sin trascendencia, lleno del inmanente materialismo que le lleva a solo acumular la riqueza. Ese viaje a las grandes indias lo lleva a convertirse en un hombre carente de la sensibilidad de antaño y pierde por completo esa sintonía sentimental con Eugenia. Se vuelve un hombre ambicioso, codicioso, cínico, calculador.
Definitivamente Eugenia Grandet, nombre que da título a la novela, es el personaje que brilla por encima del resto por su altura moral, es ella (y también su madre y en cierta medida Nanon) quien destaca por su bondad y pureza en medio de una sociedad completamente corrompida y entregada al poder del dinero, sociedad que ha mancillado su alma por el materialismo (p. ej. Charles Grandet, y los Cruchot y des Grassins).
Como escribe Balzac en su epílogo: Entre las mujeres, quizá Eugenia Grandet sea un tipo, el de los sacrificios lanzados a través de las tempestades del mundo y que se hunden en él como una noble estatua arrebatada a Grecia y que, durante el transporte, cae al mar, donde permanecerá ignorada para siempre.
Una novela maravillosa, muy recomendable.
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