Un pequeño cuento que muestra, desde el corazón de un niño huérfano, las ansias de Dios, de lo trascendente, la búsqueda de respuestas o señales ante la muerte de lo más querido. Un niño católico, que gracias a las oraciones constantes a la Santísima Virgen María, al recuerdo de su madre y a la guía espiritual de su abuela, encuentra las señales, las estrellas en el cielo, las mismas que vió Abraham cuando Dios lo llamó. Cito: "Al repetir las avemarías a la Virgen,me di cuenta de que todas las palabras que decíamos eran misteriosas: llena de gracia, madre de Dios, ahora y en la hora de nuestra muerte. Y también pensé en lo que mamá me dijo aquel día, que la muerte no es como dormir ni es como soñar, que si tu corazón está unido a Dios, la muerte es como despertar".
Feliz Navidad
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